Alimentación compulsiva

De Adelgazar


La alimentación compulsiva se caracteriza por una dependencia de la comida. Quienes sufren este trastorno obsesivo pasan frecuentes episodios de atracones durante los cuales pueden llegar a sentirse fuera de control. Comen mucho más rápido de lo normal y siguen comiendo incluso hasta el punto de sentirse incómodos por estar llenos. Después del atracón, la persona sufre intensos sentimientos de culpa y depresión. A diferencia de quienes padecen bulimia, los comedores compulsivos no intentan compensar el atracón con comportamientos purgantes como ayunar, usar laxantes o vomitar.

Comer de forma compulsiva conduce a la subida de peso y a la obesidad, pero no todos los obesos tienen un comportamiento compulsivo. Sin tratamiento, puede haber consecuencias serias para la salud como colesterol elevado, diabetes, enfermedad cardíaca, hipertensión y depresión clínica. A largo plazo, también padecerán enfermedad de riñón, artritis, deterioro de los huesos e infarto cerebral.

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Causas de la alimentación compulsiva

En la alimentación obsesiva hay un elemento emocional muy significativo, como sucede en otros trastornos alimenticios. Aunque no haya ninguna causa exacta conocida, hay varias opciones probables. En la mayoría de los casos, estas personas comen en exceso como automedicación para enfrentarse con emociones aplastantes de vergüenza y depresión. La sensación de culpabilidad se debe a que saben que no actúan bien y se avergüenzan de su peso creciente. Tienen una muy baja autoestima. El acto de comer en exceso no proporciona comodidad emocional, pero puede tener un efecto fisiológico que hace que la persona se sienta "drogada", inactiva, soñolienta y enfocada sólo en la sensación de plenitud. Este es el caso, sobre todo, cuando consumen cantidades elevadas de carbohidratos y azúcares.

Este trastorno comienza normalmente en la infancia, cuando se forman los modelos alimenticios. Las personas que padecen alimentación compulsiva nunca aprendieron una forma eficaz de tratar con situaciones estresantes, y en cambio sí aprendieron a utilizar la comida como un modo de bloquear emociones dolorosas. Algunas chicas, consciente o inconscientemente, usan la grasa corporal excesiva como una capa protectora, en particular quienes han sido víctimas de abuso sexual. Sienten que al ser gordas se las verá menos atractivas y, por tanto, con menor probabilidad de sufrir un abuso en el futuro. Otras personas afectadas pueden intentar hacer dieta para combatir el exceso de peso, pero esto puede exacerbar el trastorno. La dieta puede conducir a sentimientos de privación que luego bloquean con atracones. A menos que los motivos emocionales se resuelvan, la persona se encierra en un ciclo interminable de dietas y atracones, con el consiguiente sentimiento de culpa y aborrecimiento por sí misma.

Síntomas de la alimentación compulsiva

  • Darse atracones, o comer de forma incontrolada incluso cuando se siente hambre.
  • Comer mucho más rápido de lo normal.
  • Buscar sitios solitarios para comer debido a la vergüenza.
  • Sentimientos de culpabilidad por el sobrepeso.
  • Preocupación excesiva por el peso corporal.
  • Depresión o cambios de humor.
  • Consciencia de que sus modelos alimenticios son anormales.
  • Historial de fluctuaciones de peso.
  • Abandonar actividades debido a la vergüenza por el peso.
  • Historial de muchas dietas diferentes sin éxito.
  • Comer poco en público, pero manteniendo un elevado peso corporal.

La comida como droga

Durante los atracones, los comedores compulsivos pueden llegar a consumir entre 5000 y 60000 calorías por día, lo que resulta para ellos en un "subidón" adictivo similar al que se experimenta con las drogas, que les libera de la tensión psicológica. En las bulímicas, este efecto puede verse intensificado por el acto de purgar.

Algunos investigadores especulan que las personas con estos trastornos tienen una anormalidad en el metabolismo de las endorfinas cerebrales, que les provoca el proceso adictivo. Esto está en línea con otras teorías sobre la dependencia, que la atribuyen no a la evitación de los síntomas de la abstinencia sino a un problema primario en los centros de recompensa del cerebro. Además, las investigaciones han demostrado que estas personas ansían alimentos ricos en carbohidratos. La ingestión de este tipo de alimentos causa la liberación del neurotransmisor serotonina. La privación de alimentos adictivos les causaría un síndrome de abstinencia, consistente en una elevación de la ansiedad y la depresión debido a que disminuirían sus niveles de serotonina.

La comida es una mezcla compleja de productos químicos que pueden afectar al cuerpo de formas múltiples. Si este mecanismo es correcto, puede ser más difícil recuperarse de una adicción a la comida que de una adicción a las drogas, ya que las drogas pueden dejarse de lado pero los alimentos deben ser tomados diariamente y la tentación de abusar siempre estará presente.

Tratamiento y recuperación

La alimentación compulsiva se puede tratar, y aproximadamente el 80% de quienes buscan ayuda profesional consiguen recuperarse totalmente o experimentan un reducción significativa de los síntomas. El tratamiento pasa por resolver los conflictos emocionales y el modelo de comportamiento para aprender a desarrollar una relación saludable con la comida. Como sucede con otros trastornos alimenticios, tales como la anorexia y la bulimia, este es un problema serio que puede conducir a la muerte si no se trata a tiempo.

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