Dispepsia

De Adelgazar


La dispepsia (del griego "δυς" (dis = interrupción o dificultad) y "πέψη" (pepsia = digestión) es el término médico que significa "dificultad en la digestión", popularmente conocida como "indigestión". Esta dolencia se caracteriza por dolor crónico o recurrente en la parte superior del abdomen, sensación de plenitud abdominal superior y sensación precoz de saciedad durante la alimentación. Puede estar acompañada por distensión abdominal, eructos, náuseas o ardor de estómago. La dispepsia es un problema común. A menudo está causada por el trastorno de reflujo gastroesofágico o la gastritis. En una minoría de casos puede ser el primer síntoma de una úlcera péptica (úlcera de estómago o de duodeno) o, a veces, de cáncer. Una aparición repentina e inexplicable de dispepsia en personas mayores de 55 años, o si hay otros síntomas de alarma, puede requerir una mayor investigación.

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Causas

Los siguientes factores parecen estar involucrados en la aparición de dispepsia:

  • Hipersensibilidad gástrica
  • Presencia de la bacteria Helicobacter pylori
  • Neuropatía vagal
  • Alteración de la motilidad gástrica
  • Arritmias gástricas
  • Factores psicosociales

Signos y síntomas

Los síntomas más frecuentes son: epigastralgia, dolor abdominal, saciedad precoz, hinchazón, náuseas, ansiedad y sensación de distensión en el abdomen superior.

Estos síntomas pueden deberse a un problema orgánico, cuando existe alguna alteración morfológica, o puede ser funcional en ausencia de lesiones estructurales. Entre las causas orgánicas más comunes están la enfermedad por reflujo gastroesofágico, gastritis, úlcera duodenal, úlcera gástrica y cáncer de estómago.

En ocasiones, los síntomas dispépticos están causados por medicamentos como los antagonistas del calcio (utilizados para tratar la angina de pecho y la hipertensión), nitratos (para tratar la angina de pecho), teofilina (para tratar la enfermedad pulmonar crónica), bifosfonatos, corticoides y AINEs (antiinflamatorios no esteroideos).

La presencia de hemorragia gastrointestinal (vómitos con sangre), disfagia (dificultad para tragar), anorexia (pérdida de apetito), pérdida de peso involuntaria, edema (hinchazón) abdominal, y vómitos persistentes, sugieren úlcera péptica o cáncer, y requieren una investigación urgente.

Diagnóstico

La dispepsia funcional se caracteriza por síntomas gastrointestinales durante al menos 12 semanas, continuos o recurrentes, sin causa orgánica demostrable. La enfermedad se divide en dos grupos:

  • Síndrome de dolor epigástrico. Se caracteriza por dolor en la parte superior del abdomen.
  • Síndrome de malestar postprandial. Caracterizado por distensión abdominal, saciedad precoz, náuseas y vómitos. Es importante descartar posibles causas orgánicas.

Para excluir causas orgánicas se realizan pruebas de laboratorio y de imagen. Las pruebas más importantes son:

  • Endoscopia digestiva alta. Para descartar causas orgánicas como úlceras y tumores.
  • Ecografía abdominal. Para descartar causas biliares, inflamatorias y tumorales.
  • Hemograma. Para detectar enfermedades orgánicas, como anemia, leucocitosis, plaquetosis, eosinofilia, etc.
  • Prueba protoparasitológica. Esencial en países donde haya alta incidencia de parásitos intestinales.

Es importante tener en cuenta dos circunstancias distintas:

  • Dispepsia no investigada. Pacientes con síntomas cuya naturaleza (funcional u orgánica) no está clara. Excepto los casos de enfermedad por reflujo gastroesofágico y los relacionados con los antiinflamatorios AINEs. Cuando no hay señales de advertencia, y la edad es menor de 45 años, se puede optar por el tratamiento para erradicar la bacteria Helicobacter pylori, como una alternativa al tratamiento empírico de corta duración (4-8 semanas) con inhibidores de la bomba de protones.
  • Dispepsia funcional. Pacientes cuyas pruebas, incluyendo la endoscopia, no hayan sido suficientes para identificar cualquier posible causa de los síntomas. En estos casos, la erradicación de Helicobacter pylori ha demostrado ser clínicamente eficaz sólo en una pequeña fracción de los casos (1 de cada 17) y debe valorarse de acuerdo a las características de cada caso en particular.

Tratamiento

Generalmente, se utilizan inhibidores de la bomba de protones, que son eficaces para tratar la acidez estomacal.

Las terapias tradicionales utilizadas son la modificación del estilo de vida, antiácidos, antagonistas del receptor H2 (H2-RA), agentes procinéticos, y antiflatulentos (como la simeticona). Estos tratamientos tradicionales muestran a veces poca o ninguna eficacia.


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