¿Es realmente cierto que es más difícil engordar que adelgazar? Para la mayoría de las personas no. Fácilmente cogen y pierden peso en cuanto su dieta se descontrola un poco. Pero hay un determinado número de personas cuya necesidad es encontrar una dieta para engordar. Son personas muy delgadas, a menudo con una delgadez excesiva, tanto que suelen escuchar comentarios sobre si son anoréxicas o no comen, que tengan cuidado,... Desde el otro "bando", el de los que quieren perder peso, sólo oyen: "qué suerte tienes, ojalá yo estuviera como tú, ¿qué comes para estar así?, dime tu secreto." A los delgados no les faltan consejos: "come todo el día comida basura, hínchate de chocolate, atibórrate de patatas fritas, come dulces sin parar, etc." La verdad es que no les suele funcionar nada o casi nada. Suelen comentar que, a veces, haciendo un gran esfuerzo y comiendo más, ganan algún kilo, pero nada más volver a la normalidad, o tras un día con más nervios, adiós kilo ganado.
¿Qué deben tener en cuenta este tipo de personas?
- Su constitución corporal y la de su familia. Hay que ser realistas, y si en nuestra familia todos son especialmente delgados no podemos pretender ser como un armario.
- Que ser delgado supone más ventajas que desventajas. Es importante valorar nuestra agilidad y el hecho de que tenemos menos riesgo de padecer un sinfín de enfermedades.
- Descartar algún problema metabólico u hormonal. El endocrino debe descartar el hipertiroidismo u otros desequilibrios hormonales.
- Equilibrar su alimentación. Hay un proverbio chino respecto a la dieta que dice: "de lo que más comas, toma la mitad y de aquello que comas poco toma el doble". Lo cierto es que siempre hay algún grupo de alimentos que nos encanta (por ejemplo, si te gustan los lácteos tomarás muchos) y otros que apenas pruebas. A menudo con un pequeño retoque notamos mucha mejoría.
Algunas pautas básicas son:
- Hacer las tres comidas del día más dos tentempiés (a media mañana y media tarde).
- Debemos intentar obtener unas 500 calorías más al día.
- Consumir alimentos nutritivos pero poco voluminosos, sanos y agradables (frutos secos, orejones, semillas, pasas).
- Los copos de Avena tienden a regular el peso y así valen tanto para los obesos como para los que quieren engordar. Si se toman con leche de almendra van muy bien como desayuno para ganar peso.
- Aumentar la masa muscular con la dieta y el deporte. Los casos muy complicados casi siempre responden muy bien al aumento de proteínas y el trabajo de musculación en un gimnasio. Es importante buscar asesoramiento dietético y deportivo (en muchos gimnasios hay buenos especialistas).
- Cuidar el sistema nervioso. En caso de llevar una vida muy ajetreada, es necesario disminuir el ritmo y replantearse la forma de vida, sin llegar al nivel de agotamiento y aprendiendo a delegar también en los demás. Se deben evitar los comportamientos muy autoexigentes.
- Intentar descansar después de cada comida aunque sean unos minutos, o hacer una pequeña siesta.
- Tomar alguna infusión relajante (melisa, azahar, pasiflora y manzanilla), que suele dar buenos resultados a aquellos a los que los nervios les adelgazan excesivamente.
- Evitar el tabaco. Es muy curioso cómo muchas personas delgadas "devoran" los cigarrillos y fuman dos o tres cajetillas al día. Uno de los efectos de la nicotina es la de inhibir la sensación de apetito. Cuando estas personas dejan de fumar o reducen el número de cigarrillos, ganan esos kilitos que tanto ansiaban. El tabaco estaba materialmente consumiéndoles.
Siguiendo estos consejos vas a conseguir aumentar de peso de una manera saludable.
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